Samuel Moyn, profesor de Derecho en Yale, preguntó recientemente: «¿Qué es el ‘marxismo cultural’?». Su respuesta fue: «Nada de eso existe realmente». Moyn atribuye el término marxismo cultural a la «imaginación desbocada de la extrema derecha», afirmando que implica alocadas teorías conspirativas y que lleva «años filtrándose por las cloacas globales del odio».
Alexander Zubatov, un abogado que escribe en Tablet, replicó que el término «algo confuso y discutido» de marxismo cultural «lleva en circulación más de cuarenta años». Además, tiene «usos perfectamente respetables fuera de los oscuros y húmedos silos de la extrema derecha». Concluyó que el marxismo cultural no es ni una «conspiración» ni una «mera ‘fantasmagoría’ de la derecha», sino un «programa intelectual coherente, una constelación de ideas peligrosas».
En este debate, me pongo de parte de Zubatov. He aquí por qué.